miércoles, 1 de abril de 2009

Imágenes de la Tlahuanca







Entre la Fiesta y la Muerte







Entre la Fiesta y la Muerte:
Un fin de semana trágico en la Ciudad Sagrada




Inicio la discusión con la siguiente pregunta ¿cómo se construyen las leyendas? los hechos que se suscitaron el pasado fin de semana me permitirán, al final de este ensayo responder a la pregunta.
El fin de semana pasará a la historia de Cholula por la intensidad con que los hechos se presentaron.
El equinoccio atrajo, como cada año, a miles de visitantes. El sol, el calor intenso, y el turismo, enmarcaban la fiesta moderna. Otro tipo de celebración, aquella que corresponde a la tradición local, estaba por dar inicio.
Como cada año, se acercaba la celebración de la Tlahuanca. Me encontraba entusiasmada por poder observar una vez mas, las tradiciones y las fiestas que hace de esta ciudad "la ciudad sagrada". La Tlahuanca es una de las festividades mas importantes de Cholula; dicha festividad se realiza en la "Capilla Real o Capilla de Naturales" en el centro de la ciudad. Al medio día del lunes 23 de marzo, los mayordomos portando sus cetros, la presencia de platos preciosamente decorados, así como la asistencia de principales y el resto de las comisiones, mostraban que se trataba de un evento protocolario importante. Mas allá del protocolo, la emoción y la devoción eran parte del escenario. Rostros serios, entregados al rezo y concentrados en la misa, mostraban el interés del cholulteca en la vida espiritual.
En la época prehispánica se veneraba al dios Mitlantecutli, señor de los muertos y del Mitlan (la tierra de las tinieblas), pero en la época colonial, la festividad se transformó en una celebración dedicada a San Pedro de Animas. La palabra Tlahuanca deriva del nahuatl Tlahuanqui (borracho o borrachera), se trata de una metáfora, en donde la borrachera representa el goce del espíritu y la embriaguez del alma. Hoy en día los hijos de barrio celebran la misma festividad cada lunes cuarto de cuaresma. La celebración se inicia con una misa al medio día, y es el mayordomo del circular de San Pedro de Animas, el encargado de preservar la tradición, y de ofrecer la bendición a los asistentes. En este año correspondió el honor a los señores Soledad Hernández Timal y Manuel Gómez Flores. La Tlahuanca es un ritual que mezcla la devoción a lo sagrado, con las sensaciones terrenales, el convite y la bebida, se mezclan el dolor y la alegría. A pesar de la gran importancia de la festividad, me sorprendí al ver que realmente eran pocos los asistentes a la fiesta.
En los rostros de todos los participantes parecía esconderse una triste realidad: serios, pensativos, o colmados de cierta frustración, parecían recordar en silencio un suceso que seguramente se inscribirá en la memoria colectiva de esta ciudad. El día anterior a la Tlahuanca, Ecce Homo fue testigo de un hecho que afecta a todos los habitantes del barrio. Se había cometido el asesinato de un hijo de barrio. La noche del domingo, alrededor de las 22 :30 hrs, el señor Rubén García Tochimi había perdido la vida. El presunto responsable, José Leonides Jorge Saucedo Pérez, estaba siendo procesado por las autoridades.
Así explica Octavio Paz (el famoso escritor, ganador del premio novel de literatura en 1990) acontecimientos como este: "Nuestro calendario está poblado de fiestas. Ciertos días, lo mismo en los lugarejos más apartados que en las grandes ciudades, el país entero reza, grita, come, se emborracha y mata en honor de la Virgen de Guadalupe o del general Zaragoza" (Paz, Octavio, El Laberinto de la Soledad, 2000:51). En un rincón de esta ciudad, en el momento mas inesperado, durante una fiesta de Ecce Homo, y en los albores de la Tlahuanca, la descarga de un arma sobre uno de los hijos de barrio, se convertía en destino y en historia para esta ciudad. Para el Mexicano, la fiesta es el espacio donde puede escapar de la tristeza que una vida pobre y rutinaria le originan, pero el Mexicano vive la fiesta como ritual, y parte de los rituales es el sacrificio. Dice Octavio Paz: "En ocasiones, es cierto, la alegría acaba mal, hay riñas, injurias, balazos, cuchilladas. También eso forma parte de la fiesta." (Paz, Octavio, 2000:52-53). Nadie olvidará a Rubén García y su destino (compartido con el de un menor de 11 años víctima también de la fatal noche), pues "Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida" (Paz, Octavio, 2000:59). Y sin duda la muerte de Rubén García en cierta forma (una muy triste) tuvo sentido. Es ya parte de las historias dolorosas de la Ciudad Sagrada. Son muchas las historias que al correr de los años se convierten en leyendas, y si algo debemos pensar de la muerte de Rubén García, es que con los años se convertirá en leyenda, y dicha leyenda se contará generación tras generación. Ahí radicará la inmortalidad de este hijo de barrio. En cuanto a su presunto victimario, Octavio Paz explica: "Cuando el mexicano mata, - Por vergüenza o por placer o capricho- mata a una persona, a un semejante. Los criminales o estadistas modernos no matan: suprimen. Experimentan con seres que han perdido ya su calidad humana". "Verdugos y objetos, y la víctima hace mas intolerable y total la infinita soledad del victimario" (Paz, Octavio, 2000:66). Y es que sea cual se a el motivo que lleva a un hombre a asesinara otro, su destino sueles ser pasar a la historia pero en la forma de aquel que víctima también, pero de sus debilidades, se queda preso, solo, y cumple un destino aun mas trágico, en el cual es recordado como quien "mató" y que con sus actos aportó un discurso que servirá a los demás para no olvidar que la vida es tan sagrada como las fiestas religiosas. Al final de este ensayo podemos ya responder a la pregunta inicial ¿cómo se construyen las leyendas? un hecho real que conmociona a toda una comunidad pasa a formar parte de la memoria colectiva. Con los años, las versiones contadas de diferente forma, van conformando una leyenda. Por la noche del Lunes, asistimos al velorio de Rubén García, las calles silenciosas, la obscuridad, los olores a flores y cera, los rezos, fueron el escenario del nacimiento de una leyenda, que hoy es parte ya de la memoria histórica de esta Ciudad Sagrada.