sábado, 23 de enero de 2010

En Cholula, los animales no tienen alma, en el resto del mundo católico sí.



Luego de la muerte de uno de mis perros, me he sentido intrigada por varios cuestionamientos, algunos de los cuales no tienen una respuesta lógica, y más bien se mantienen en el terreno de la fe. Todo comenzó una mañana en que me dirigí a un templo a tomar fotos. A la entrada del templo, los letreros llamaron mi atención “prohibido entrar con animales”, el letrero no especificaba a qué tipo de animales se estaba refiriendo. Como yo iba sola, no pensé tener problema al entrar. Por un lado el letrero no era amable, más bien era una advertencia (que no advertía nada, porque no se refería a una ley como tal), por otro lado, y con mil razones científicas que me permiten asegurarlo, todo ser orgánico que entre por esa puerta es un animal. Creo que el letrero debiera decir “prohibido entrar con animales irracionales”, ahora bien, creo, es distinto si el perro entra solo, y en general el letrero para ser mas especifico debiera decir “prohibido que entren personas con sus mascotas, pero bienvenidos pájaros, palomas, ardillas, gatos, insectos y demás animales que lleguen sin la compañía de un animal humano”.


Luego de esta divertida reflexión es el momento de ir más allá y ahora sí, iniciar la discusión de hoy, ¿Por qué los animales –mascotas- no pueden entrar al templo? el motivo principal podría ser porque hacen sus necesidades (terreno de la educación), pero si el dueño es responsable y lleva bolsitas para limpiar ¿hay otro motivo?, una amable mujer que casi me golpea y me habría mandado a la santa inquisición si esta aun existiera, me regaño: “¿qué no sabe leer, verdad? Ahí dice prohibido entrar con animales, porque esta es la casa de Dios”, ¡válgame!, buena explicación de la señora que decía llamarse “Lurdes la cuidadora del templo”, bueno, la primer respuesta es que sí se leer, pero mi mente analítica no me permite quedarme con dudas y me lleva a cuestionar todo. La segunda aseveración me despertó aun más interrogantes. Lurdes no tenía ninguna buena intención de responder a una entrevista periodística y se sentía mal humorada ante una pregunta que desde su posición cultural subalterna tenía una simple y contundente respuesta “los animales aquí no entran porque es la casa de Dios”. Como Lurdes no me informó adecuadamente, tuve que investigar por mi cuenta y he aquí las extraordinarias respuestas:

Fue nada menos que el Papa Juan Pablo II en 1990 quien les otorgó alma a los animales, es decir, ellos igual que Lurdes, que yo y que cualquier párroco, tienen el soplo de vida dado por Dios. Antes de Juan Pablo II, la iglesia Católica no reconocía la presencia del alma en los animales, (pobre Lurdes, creo que se debe actualizar para estar a la vanguardia en cuanto a noticias espirituales). Más aun, si el Papa Benedicto hubiese estado con Lurdes le habría explicado que:

"Los animales, como las plantas y los seres inanimados, están naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y futura (cf Gn 1, 28-31). El uso de los recursos minerales, vegetales y animales del universo no puede ser separado del respeto a las exigencias morales. El dominio concedido por el Creador al hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del prójimo incluyendo la de las generaciones venideras; exige un respeto religioso de la integridad de la creación (cf CA 37-38). 2416 Los animales son criaturas de Dios, que lo rodean de su solicitud providencial (cf Mt 6, 16). Por su simple existencia, los bendice y les das gloria (cf Dn 3, 57-58). También los hombres les deben aprecio. Recuérdese con qué delicadeza trataban a los animales san Francisco de Asís o San Felipe Neri."

Estas son las palabras textuales del Papa Benedicto, en ese sentido me di a la tarea de averiguar si en todo el mundo la entrada de animales a templos católicos y de otras religiones está prohibida, para mi sorpresa hay muchos lugares en el mundo donde los animales irracionales pueden escuchar misa, o forman parte de los ritos religiosos.


Luego de que Lurdes se fuera enfurruñada, observe que los visitantes entran al atrio con sus mascotas, he incluso pude observar a un joven que envolvió a su perrito en un suéter “como a un bebe” para introducirlo al templo. Al ver estas escenas descubro que la cultura cholulteca debe reconocer el trato digno que la misma iglesia católica reconoce merecen los animales. Ideas como las de Lurdes llevan a que mucha gente asesine cruelmente a los animales para sus “molitos” durante las festividades religiosas. He sido testigo del asesinato inhumano de cerdos, pollos, guajolotes; y no es que yo esté en contra de los moles, pero un trato digno y una muerte respetuosa es lo mínimo que merece un animal. Por otro lado, la cantidad de gatos salvajes y perros callejeros muestran que mucha gente en Cholula está lejos de escuchar el mensaje del Papa Juan Pablo y del Papa Benedigto; animales que mueren atropellados, que se convierten en plaga y focos de infección, que terminan asesinados en la perrera, son el resultado de una  población que no se ha dado a la tarea de enterarse que su religión les hace responsable del cuidado de los animales: en palabras del Papa Benedicto: “El dominio concedido por el Creador al hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del prójimo incluyendo la de las generaciones venideras; exige un respeto religioso de la integridad de la creación (cf CA 37-38).

Saber que la iglesia católica les otorga alma a los animales es algo que me llena de júbilo, no creo en una religión ni en un dios que no conceda misericordia y amor por los seres de la naturaleza. Lamento mucho que en Cholula se siga incursionando en prácticas de gran crueldad por el desconocimiento y la ignorancia, y lamento aun más que una cultura que se niega a autoanalizarse, a cambiar para mejorar, en nombre de “la tradición”, sea incapaz de descubrir que incluso la religión que tanto defiende está evolucionando. En Cholula para una gran población, los animales no tienen alma, son simples cosas que pueden ser usadas a diestra y siniestra, ni son dignos de Dios. No puedo generalizar, pues conozco gente que sigue la tradición de los barrios y ama a los animales, pero es necesario un cambio general de actitud, porque como decía Ghandi:


Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.

autor: Mahatma Gandhi

Fotos e información obtenida de:


http://ecosofia.org/2008/03/iglesia_catolica_y_los_animales.html
http://comunidad.tudiscovery.com/eve/forums/a/tpc/f/961107862/m/790107235