sábado, 4 de abril de 2009

Estructuras del sentir








El termino estructuras del sentir permite comprender como los procesos sociales son vividos por los sujetos a través de su percepción de la experiencia del presente. Con este termino se explica todo aquello que escapa de lo fijo, es decir lo que actúa y se moviliza en el presente sin dejar de ser social. Existe un error básico al concebir y explica a la cultura y a la sociedad en tiempo pasado, como si fueran fenómenos acabados, y no como procesos (Williams, 1980: 151). La sociedad y la cultura como procesos están presentes en un eterno aquí y ahora, en donde los hombres viven y construyen sus vidas. Sentimiento, pensamiento y en general los procesos psicológicos, son construidos cuando el hombre vive en su experiencia presente. La experiencia práctica de la cual se deriva la conciencia práctica, no siempre es igual a la conciencia oficial (Williams,1980:152). La conciencia práctica es para Wiliams "lo que realmente se esta viviendo, no solo lo que se piensa que se está viviendo" (Williams,1980:153), lo que da origen a un tipo de pensamiento. La conciencia oficial produce silencios, inconsciencias, ausencias, lo que no siendo vivido, ni experimentado, realmente se convierte en lo que no se puede incidir, ni conocer realmente. Para Williams, las clases burguesas crean esta conciencia oficial que rompe con la conciencia práctica de las otras clases al imponerles una noción del mundo que no es la que ellos experimentan, pero que deben aceptar.
Para Williams (1980:154), los cambios en la vestimenta, en la moda, en las edificaciones, son asumidos como experiencia social, mas que individual. Los mencionados cambios, en la moda, edificaciones y formas de vestir, son una evidencia secundaria de las relaciones económicas y sociales que se han modificado entre las clases y dentro de ellas(Williams, 1980:153). Estos cambios son cambios en la estructura del sentir; este termino se diferencia del de ideología y concepción del mundo, ya que implica ver "los significados y valores tal como son vividos y sentidos activamente" (Williams,1980:153). Se trata de una consciencia práctica de tipo presente, dentro de una continuidad viviente e interrelacionada, lo que la convierte en una estructura de significados y valores que se están viviendo y que se encuentran en proceso. Las estructuras del sentir son reconocidas por la gente como una forma personal de pensar y sentir el mundo, y que es eminentemente social. Cada generación dentro de un periodo tratara de comprender y explicar su sociedad a partir de su propia experiencia, por tanto regresara constantemente a esta explicación con la finalidad de interpretar los cambios. Pero las estructuras del sentir son hipótesis sobre los procesos sociales, es decir son experiencias sociales en solución (Williams,1980: 153-157).






Wiliams, Raymond, Marxismo y Literatura, Ediciones Península, España, 1980.

Otra forma de vivir y mirar la Ciudad Sagrada.

















Se dice que no todos vivimos la ciudad de la misma forma; los espacios urbanos son vividos de distinta manera según la clase social, la etnia, el género y la edad a la que pertenecemos. En relación a estas diferencias, a poseer o no poder de decisión sobre los otros, la ciudad obedece a lo pactado por unos cuantos a favor o deterioro de la calidad de vida del resto de los habitantes. Sin embargo, hay otros seres que también comparten la ciudad, su forma de mirar y vivir difiere de la nuestra; pero en cierta forma también ellos son participes de el momento en que convertimos el espacio en lugar.

Ardillas en la Plaza: testigos silenciosos de la historia moderna en el centro de la ciudad











En ocasiones lo cotidiano de nuestras vidas, a través de los pequeños detalles, pasa casi desapercibido. Es el caso de las ardillas de centro de Cholula, poco se habla de ellas, pero cada fin de semana, niños y adultos disfrutan de su presencia. Un sábado por la mañana, paseando con mi perro, me doy cuenta de que las ardillas embellecen el paisaje de esta ciudad; al final, igual que ellas, los paseantes nos fundimos con el paisaje y somos parte de lo cotidiano, lo usual y sin embargo lo pintoresco de esta ciudad.