viernes, 19 de agosto de 2011

Segundo Encuentro Intercultural de Música, Danza y Gastronomía. Parte 1

Recorrido de las autoridades por la muestra de productos artesanales.










Vista del público .


Rostros de los participantes indígenas.

Los productos.


Muestra gastronómica.


El día de hoy se inauguró el Segundo Encuentro Intercultural de Música, Danza y Gastronomía. Para dicho evento se han instalado un corredor gastronómico, y corredores donde se pueden adquirir diversos productos típicos y artesanías. Al evento asistieron indígenas de diversas etnias y regiones del estado.



Fotografía: Isabel Muñiz Montero

miércoles, 17 de agosto de 2011

Atardecer








Con todo mi cariño, para mi amigo Xico, quien cumple años hoy. Gracias por todo tu apoyo, cariño y compañia.


Detalles de un atardecer.

Isabel Muñiz Montero


martes, 16 de agosto de 2011

Castillo al cielo 2








Tradición profundamente arraigada a las costumbres locales, el uso de pólvora ha propiciado controversias entre los habitantes de la ciudad. Para quienes viven de la pólvora, se trata de un oficio peligroso.
Arte, tradición, cultura o contaminación auditiva, la polémica se despierta al paso de las procesiones y con las fiestas. Lo que es innegable es el hecho de que para quienes viven inmersos en las tradiciones locales, el uso de la pólvora es fundamental en las festividades, y dentro del presupuesto una parte importante la constituyen cascadas, castillos, y cuetes.



Fotografía: camara Nikon Coolpix.

Isabel Muñiz Montero

jueves, 11 de agosto de 2011

Rito Sagrado: Danza Conchera en Santiago Mixquitla.
























Las Danzas Concheras no son propiamente bailes folklóricos, se trata de Ceremonias Solares.
Se bailan en círculo, reproduciendo el movimiento cósmico. Este círculo debe mantenerse cerrado para evitar que las energías se dispersen y pierdan.

Al principio de la ceremonia se invoca a los guardianes del lugar donde se realiza la danzar y se pide por el pueblo y la tierra locales. Se canta alguna "alabancita" para pedir permiso al Creador y dador de la Vida y a la Madre Universal que es su Energía en acción.

El tambor principal es llamado “ huehuetl” y tiene la función de mantener el ritmo de cada danza. Las Malinches o sacerdotisas sacralizan el centro del altar. Los Sargentos defienden las energías del círculo de danza. Las Palabras dirigen la ceremonia y conducen las columnas en el Nahui-Ollin o saludo a los Cuatro Vientos. Las llamadas armas espirituales son las sonajas, las plumas, el escudo, los bastones de poder y las conchas o guitarras de armadillo.

Cada danza tiene un espíritu propio. Evocar e invocar al espíritu de la danza significa abrir al sonido, al movimiento, a las enseñanzas y la sabiduría de los antepasados.

La Danza de Conquista azteca es una danza para las cuatro direcciones, los cuatro vientos, los cuatro colores de las razas-madre, la roja, la negra, la blanca y la amarilla. Pero al mismo tiempo es la danza de la Conquista del Cinco, del punto de unión de los dos brazos equidistantes de una cruz.





Fuente: http://nasdat.com/index.php?topic=647.0;wap2



Mil gracias a la familia Noriega Papaqui por todo su apoyo para la realización de este trabajo.


Fotografía: Isabel Muñiz Montero



Canon SX10IS

De Cholula a la gran ciudad.


















Vivir en el D.F. es muy diferente a vivir en Cholula. Cada vez que estoy en la gran ciudad me parece que mi individualidad se funde entre las masas. –Aquí no eres nadie- me decía una vez mi primo-cuñado. Si bien la ciudad de México parece un monstruo al cual cuesta trabajo tan solo entender, entrar en ella es como entrar a otra dimensión, es interesante, y llena de contrastes. Apartándome de las cosas personales que debía hacer, en pareja hemos recorrido el centro histórico en auto para tomar algunas fotografías “detalles” del monstruo.
Las fotografías han sido editadas, transformadas, para crear escenas de una ciudad alucinante, donde ser uno es ser nadie. Aquí en Cholula, en cambio, la persona es, se es un ser individual. Nadie desconoce quién es o quienes pertenecen a ciertas familias, quien vive en que barrió. Aquí en Cholula se es y se vive como parte de una comunidad con seres reconocibles y también individuales. En el D.F. cada persona es tan solo parte de las masas.
Debido a mi relación de pareja y al compromiso laboral de él, hemos decidido dividir nuestro tiempo entre estos dos mundos. Esta condición me hace vivir el contraste de una ciudad pequeña, tradicional y llena de encanto, en comparación a una de las metrópolis más grandes del mundo.
Me llama la atención que para los defeños, mal llamados “chilangos”, vivir en nuestra amada Cholula es un lujo, un sueño, un objetivo de vejez. Para nosotros habitantes de estas tierras sagradas es nuestra cotidianidad.



Fotografías: Isabel Muñiz Montero