Desde hace algún tiempo, me he empeñado en estudiar un área de la sociología que a primera vista parece poco científica, se trata de el estudio de la vida cotidiana. La vida cotidiana es el área donde las personas se desenvuelven día con día, es la rutina que la gente cumple. La vida cotidiana es rutinaria, homogeneizada y arbitraria. En el presente ensayo pretendo analizar las dos formas en que el cholulteca vive su vida cotidiana, la primera forma que analizaré será la vida cotidiana ligada a la formalidad institucional; la segunda se refiere a la vida cotidiana ligada a los espacios y prácticas rituales que el cholulteca vive en su ciudad.
Como cada mañana, gran parte de los habitantes de la ciudad de San Pedro Cholula comienzan su día tomando el autobús para asistir a sus trabajos o escuelas. Muy temprano a las seis de la mañana, el autobús de la línea Puebla - Directo apenas se da abasto para transportar a jóvenes y adultos. La situación se repite en las horas tope, cuando dichos autobuses concentran la mayor cantidad de pasaje. El cholulteca promedio asiste al trabajo y a la escuela como cualquier persona en el mundo entero. En ese sentido, parte de su vida transcurre en una rutina alienante y enajenante, donde el cholulteca es uno mas de los números que clasifican a los individuos, ya sea en la nómina, en el banco, en el seguro social, en la escuela. El cholulteca entonces se ve a merced de las fuerzas sociales que conquistan y atrapan las vidas, destruyendo identidades y que lo convierten en parte de la masa humana, un ser sin identidad, ni personalidad. El capitalismo es una fuerza homogenízante donde la capacidad de elección se ve limitada; así, el cholulteca para sobrevivir ante un mundo regido por intereses económicos, a debido ingresar en el mundo del trabajo y en muchas ocasiones salir de la ciudad para incorporarse a los circuitos migratorios que van de Cholula a otras partes del mundo.
Esta vida cotidiana moderna, provoca miedo en las personas ,debido a que sus actividades están dirigidas a tratar de hacerse de un lugar en la sociedad, y a tratar de cumplir con las expectativas de los otros, como los jefes y dueños de las empresas donde trabajan, perdiendo su libertad de pensamiento y acción.
Muy distinta es la vida ritual que el cholulteca atesora y a la cual con gran amor llama "nuestra tradición". En Cholula como en otras regiones del mundo, donde lo mas valioso no es el dinero, si no la unión que construye identidades en la comunidad, el tiempo no es lineal sino cíclico. Cada año las fiestas se repiten y en ellas el cholulteca crece seguro de que es alguien en su comunidad. No es un número, es un ser humano, tal vez un hijo de barrio (observe la forma emocional en que se sustenta este termino, hijo es a quien se ama, se educa, disciplina y se protege). En las fiestas bien llamadas Circulares, en las mayordomías y fiestas de barrio, en el mole, en el carnaval, el cholulteca se construye un lugar y construye el lugar de su familia. Aquí el tiempo no se vive como en el trabajo, aunque el esfuerzo y el trabajo están presentes, pero el interés final no es el de acumular riqueza para unos cuantos en contra de otros, a quienes se explota. El tiempo no es lineal, no se va y se pierde como un recurso irrecuperable, aquí el tiempo es circular y la fiesta de hoy regresara, y con ella las mismas emociones, tristezas y alegrías. Se construirán nuevos recuerdos y se buscara mejorar la fiesta anterior, ofrecer convite, agradar a un Santo, ser especial ante los ojos de la comunidad, ganar respeto y en general construir una identidad, vivir el ritual en un tiempo y espacio sagrado.
Como cada tarde , regresar por la recta y mirar a lo lejos la pirámide y en su cumbre el templo de Nuestra Señora de los Remedios, es un verdadero consuelo; atrás se quedan las responsabilidades, las horas de fastidio, el cansancio...
Mientras el autobús directo se acerca a esta ciudad donde la vida cotidiana es tan diferente a la vida en otras ciudades, observo, analizo y comprendo, que los rituales, como la quema del panzón, el trueque, el carnaval, son mas que pasatiempos, son mucho mas que prácticas culturales subalternas y cosmovisiones, son intentos de conservar la libertad en un mundo donde las cadenas no nos permiten ser seres independientes de los números, la explotación y la competencia que se soporta sobre la base del dinero. Los hijos de barrio jamas se conciben como números, ellos son seres individuales que son la suma de cada persona que compone el barrio o la ciudad. Aquí las credenciales del IFE no tienen cabida, aquí se es un ser humano quien vive, apoya, o se equivoca. La fiesta une a los hijos de barrio, en la vida cotidiana nace y se hace la cultura cholulteca. Es en este espacio donde la historia se construye, aunque son solo las coyunturas históricas las que se registran como historia formal. Por ello el cholulteca es hábil para vivir ambas formas de vida cotidiana en la modernidad, sin perder su vida tradicional.
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