Hace algún tiempo me fueron detectados crecimientos celulares anómalos que algun dia podrían derivar en cáncer. Desde entonces mi vida ha cambiado, principalmente porque me he interesado en la lucha por la prevención del cáncer. Antes de 1980 y de la apertura al Tratado de Libre Comercio, el mundo para los mexicanos era un lugar más seguro. Enfermedades como cáncer o sida no tenían una presencia relevante en los centros de salud. Mi hermano y yo crecimos alimentados ricamente por los productos cultivados en el campo mexicano. Si bien, el gobierno nacional había favorecido la industrialización y descuidado el campo desde la década de 1960, se podía estar seguro de que lo que se comía era un producto totalmente natural.
Años después, y luego de que se retiraran planes y programas de apoyo al campo, los campesinos han dejado de producir, el campo ha empezado a morir. Son las grandes trasnacionales las que nos alimentan. Nació entonces la cultura de las latas, los alimentos procesados, los químicos y conservadores, pero más terrorífico aun, los alimentos genéticamente alterados. La situación ha llegado a ser tan critica que hoy, las tortillas –básicas en la alimentación de los mexicanos-, son producidas a partir de harina de maíz extranjera , producida a partir de maíz transgénico –México, cuna del maíz hoy exporta este producto de países como Estados Unidos-.
Es más que una coincidencia que la alimentación procesada apareció en el mundo junto con el aumento de casos de cáncer. Niños de 4 a 16 años son hoy diagnosticados de este tipo de enfermedades. Hace unas semanas, una de mis mascotas murió de cáncer, el veterinario me aseguro que en su clínica –Hospital Animal, cerca de la Noria”, han observado el aumento de casos de cáncer aun en cachorros. En aquella ocasión mencioné en otro artículo, que por su corto promedio de vida, los animales domésticos actúan como un indicador de las condiciones ambientales en que los seres humanos nos desenvolvemos. El aumento de los casos de cáncer en perros y gatos nos da una señal de alarma, algo está muy mal. El veterinario me afirmó que las dietas para mascotas -croquetas- son un factor relevante en la presencia del cáncer.
Pensemos en los miles de casos de cáncer que día a día se diagnostican, pongámonos en los zapatos de esas personas, han sido los grandes empresarios dueños de las trasnacionales quienes interesados en el dinero los han enfermado. A esos empresarios no les interesa las muertes que producen, pero a nosotros sí. Esos grandes empresarios no se alimentan de los mismo que producen, ellos pagan grandes sumas de dinero para comer productos orgánicos, que en países de Europa y Estados Unidos han cobrando u marcado interés.
Estamos todos sentados sobre una bomba de tiempo. Lo más terrible es el hecho de que son los alimentos que ingerimos día a día el principal factor que nos puede alejar o acercar a padecer cáncer. Mi médico me advirtió que además del tratamiento tradicional debía aumentar mis defensas para evitar que la enfermedad se presentara. Inicie un trabajo de investigación que me llevo a una extraordinaria farmacia dentro de mi ciudad –San Pedro Cholula-, por menos de 200.00 (si acaso 20 dólares) compré mi medicina, se trata de productos orgánicos, muchos de ellos cultivados en traspatio en las comunidades rurales aledañas, sobre todo aquellas cercanas al volcán. Una vez más, la sabiduría ancestral se convierte en camino y salida para los problemas que este temible mundo neoliberal nos presenta. Mi dieta es rica en fruta y verduras de la región, huevos de guajolota y gallina, producidos y vendidos por manos de ancianos campesinos (en comunidades donde los jóvenes son migrantes).
Mi batalla para prevenir el cáncer implicó caminar en ese mundo de manzanas, brócoli, quelites, peras que mujeres indígenas venden en cubetitas. Frutos feitos (nada que ver con las perfectas manzanas de los centros comerciales), a veces picoteados por pajaritos, son base de mi dieta. Huevos de gallinas que andan libres en los patios y que son mucho más felices que las gallinas de las grandes apícolas de Tehuacán. Dieta económica, libre de conservadores, de hortalizas, frutos y verduras que por ser productos tradicionales, endémicos o adaptados, están libres de pesticidas, regados con agua de pozo de mantos acuíferos que provienen del volcán.
Ojo, no aconsejo comprar en la central de abastos, pues grandes toneladas de producción son originarias de regiones como Atlixco, donde los sembradíos son regados con aguas negras altamente contaminadas, esto no es culpa de los campesinos, si no de los gobiernos municipales, que en el caso de Atlixco permiten que el agua cristalina del volcán sea acaparadas para los balnearios, los restoranes y hoteles, mientras que las aguas negras provenientes de Tlaxcala se dejan a los campesinos. Mi dieta basada en productos orgánicos es rica en antioxidantes y además deliciosa, pues en un solo plato de ensalada combino más de ocho ingredientes. También mis mascotas comen verduras y alimento orgánico. Es una decisión personal, el centro comercial está a la misma distancia que San Nicolás de los Ranchos, podemos hacer el súper en centros comerciales poniendo en juego nuestra salud, o podemos apoyar al campo mexicano mientras mejoramos nuestra salud.
Instrucciones para evitar el cáncer:
Tómese una mañana de miércoles o domingo, asista al mercado tradicional de San Pedro Cholula, de alguna comunidad cercana a los volcanes, o de algún poblado cercano a su ciudad. Acérquese con los vendedores que trasporten sus productos en cubetas los productos mas feitos, picaditos y aun llenos de tierra. Pregúnteles de donde los traen y si ellos los cultivan, pregunte con que agua los riegan, seguramente los campesinos les van a contestar. Por favor no regatee, si les hace una buena compra hasta le darán pilón, compre verduras, frutas y si encuentra huevos de guajolota y gallina criolla no dude en comprarlos. Al llegar a su casa tómese su tiempo, escuche una buena música mientras lava y desinfecta, pique, y adorne un bello plato,-si sus dientes se lo permiten, coma crudo todo, si no, puede cocer las verduras, pero asegurando que conserven su sabor y nutrientes-. Revuelva todo con creatividad. Una vez listos los platos disfrute una comida sana y orgánica. Siéntase dichoso y agradecido. Es bueno compartir esta comida con familiares, amigos y hasta con sus mascotas. Sépase seguro que ha aumentado sus defensas contra todas las enfermedades, que ha reducido los riesgos de enfermarse y que ha contribuido a mantener viva una especie en peligro de extinción “los campesinos”. Si sigue esta simple receta obtendrá grandes recompensas en corto y largo plazo.
Fotos: un miércoles en el mercado tradicional de Cholula, con los amigos campesinos. Mi ensalada y Huevos de Guajolota. Un plato nutritivo para mis mascotas.
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