Una de las fiestas mas polémicas en la ciudad de Cholula la constituye el carnaval. Durante esta fiesta, alrededor de 4000 pobladores de la zona asisten a las calles atuendos con vistosos trajes y armados con escopetas con las que disparan estruendosos cartuchos de polvora al aire. La fiesta llena el espacio de un ambiente lúdico en el que un tanto en broma, un tanto en serio, el cholulteca sale a "tomar con las armas" el espacio social invadido durante años por foráneos, quienes habitan su ciudad, rigen como autoridad, o pasean como turistas.
La sociología urbana es un enfoque multidisciplinario que se centra en el estudio del espacio concentrándose en lo social, su objetivo es tratar de entender , explicar y comprender las relaciones sociales que establecen las gentes que habitan dentro de una ciudad .
A través de dicho enfoque e tratado en este ensayo, de explicar la posición de los diferentes actores en lo relacionado con el carnaval. Dividiré este pequeño análisis en cuatro grandes grupos, no porque sean los únicos, si no porque son los mas representativos desde mi punto de vista: primero, los carnavaleros, en segundo lugar los visitantes, en tercer lugar los habitantes de la ciudad que no participan en el carnaval, por último , las autoridades.
Para los integrantes de los batallones de los barrios y el centro, el carnaval es una fiesta, una tradición y una forma de defender su identidad como miembro orgullosos de dicho barrio, o de dicha ciudad. El pertenecer a un batallón es, en cierta forma, demostrar que se esta listo para defender el espacio - ciudad, y la identidad cholulteca. Para un carnavalero, pertenecer a un batallón no es un juego, aunque pareciera serlo cuando se observa la actitud lúdica y festiva que muestran mientras bailan al ritmo de una música alegre, y detonan la escopeta al cielo mostrando estilo, valor y técnica en cada disparo. El carnavalero ha gastado tiempo, recursos económicos y dedicación al preparar su atuendo, y cada año trata de mejorarlo creando su propio estilo y dando un toque de personalidad a su vestimenta. Además, se ha hecho diestro en el arte de manipular su arma y de bailar mientras desfila bajo el rallo del sol. Hombres, mujeres y niños se preparan por meses (e incluso años) ahorrando, gastando, trabajando, comprando, decorando el atuendo que representa en si mismo su uniforme de valiente soldado - guerrero que defiende su ciudad y su forma de entenderla convertida en tradición viva.
Mientras tanto el turista curioso se pasea, un tanto admirado, un tanto asustado, entre los estruendos ensordecedores y el olor a polvora que invade la totalidad de la ciudad. Para el turista la fiesta podría ser atractiva por tratarse de un caso extremo dentro de las tradiciones modernas de la cultura popular mexicana. Pocas son las fiestas que en nuestro país se comparan con esta fiesta, no solo por la cantidad de gente que en ella participa, si no también por los recursos que se gastan, por lo que representa y por los riesgos que implica. El turista no puede entender del todo el sentimiento de aquel que se esconde bajo la mascara, una mascara que esconde la irreverencia del que en el anonimato se siente libre para ser quien fuera de la fiesta no es, un ser casi mágico, que con un sentido del humor un tanto satírico se burla de las autoridades y les dice con bailes , gritos y disparos "esta es mi ciudad y aquí quien manda es el pueblo". Y este ultimo comentario me lleva a subrayar y a analizar la toma de la plaza, cuando los batallones "toman el portal " y lo rescatan de las autoridades, que siendo establecidas por el gobierno son legales , mas no legitimas a los ojos de los herederos de la mas antigua ciudad viva en el mundo. Son ellos, los hijos de barrio, quienes llevan en su sangre la herencia de los antiguos pobladores (los mas antiguos pobladores de la mas antigua ciudad en el mundo), son ellos los guardianes de estas tierras, que por un instante se tornan combatientes fieros y les recuerdan a los que observan "esta es mi tierra y la defenderé con mi vida"...pero luego...luego sigue el juego, y del juego la fiesta, y de la fiesta engolosinados los participantes, ya entrados en el tiempo mágico surgen pasiones y caen heridos, a veces la autoridad retoma su posición y trata de controlar pasiones, alegrías y emociones que todas unidas en un escenario de 4000 almas se convierten en vinculo del pasado y el presente. Y entonces escucho las voces de "quienes no son de aquí" , "de quienes no entienden nuestras tradiciones"... habitantes también, legales pues han comprado en esta tierra su vivienda, pagan impuestos y se comportan como ciudadanos honestos y honrosos. Escucho la otra mirada, que no quiere saber de caranavalesros, de cuetes, de ruidos y peligros, que quiere compostura y paz...y me pregunto ¿quién es dueño de esta tierra? ¿quién puede decidir lo correcto o lo no correcto?...¿pueden convivir ambos en armonía?. Como estudiosa de los fenómenos socioculturales no puedo apartarme de una mirada objetiva y comprendo que evidentemente el carnaval tiene excesos, pero también beneficios pues aporta a los pobladores una noción de comunidad, de unión y hermandad valiosa; pero a veces, ante la mirada del foráneo, aparecen focos de desorden que para el ajeno es real ¿hay una solución?, ¿es posible que todos se pongan de acuerdo respecto a que tradiciones representan a todos y no a unos cuantos?, ¿es posible sobre valorar a unos sobre otros?, ¿cuáles son los argumentos de mayor peso o mas validos, los del gobierno municipal, los de los foráneos, los de los turistas o carnavaleros?, sin duda el carnaval seguirá siendo polémico pues representa las diferentes formas de vivir un mismo espacio. La forma en que se prefiera vivir el espacio dependerá del origen cholulteca o no cholulteca, e incluso de la posición de autoridad o del ser o no turista, pero sobre todo de la subjetividad que enmarcan identidades en la ciudad mas antigua del mundo.
La sociología urbana es un enfoque multidisciplinario que se centra en el estudio del espacio concentrándose en lo social, su objetivo es tratar de entender , explicar y comprender las relaciones sociales que establecen las gentes que habitan dentro de una ciudad .
A través de dicho enfoque e tratado en este ensayo, de explicar la posición de los diferentes actores en lo relacionado con el carnaval. Dividiré este pequeño análisis en cuatro grandes grupos, no porque sean los únicos, si no porque son los mas representativos desde mi punto de vista: primero, los carnavaleros, en segundo lugar los visitantes, en tercer lugar los habitantes de la ciudad que no participan en el carnaval, por último , las autoridades.
Para los integrantes de los batallones de los barrios y el centro, el carnaval es una fiesta, una tradición y una forma de defender su identidad como miembro orgullosos de dicho barrio, o de dicha ciudad. El pertenecer a un batallón es, en cierta forma, demostrar que se esta listo para defender el espacio - ciudad, y la identidad cholulteca. Para un carnavalero, pertenecer a un batallón no es un juego, aunque pareciera serlo cuando se observa la actitud lúdica y festiva que muestran mientras bailan al ritmo de una música alegre, y detonan la escopeta al cielo mostrando estilo, valor y técnica en cada disparo. El carnavalero ha gastado tiempo, recursos económicos y dedicación al preparar su atuendo, y cada año trata de mejorarlo creando su propio estilo y dando un toque de personalidad a su vestimenta. Además, se ha hecho diestro en el arte de manipular su arma y de bailar mientras desfila bajo el rallo del sol. Hombres, mujeres y niños se preparan por meses (e incluso años) ahorrando, gastando, trabajando, comprando, decorando el atuendo que representa en si mismo su uniforme de valiente soldado - guerrero que defiende su ciudad y su forma de entenderla convertida en tradición viva.
Mientras tanto el turista curioso se pasea, un tanto admirado, un tanto asustado, entre los estruendos ensordecedores y el olor a polvora que invade la totalidad de la ciudad. Para el turista la fiesta podría ser atractiva por tratarse de un caso extremo dentro de las tradiciones modernas de la cultura popular mexicana. Pocas son las fiestas que en nuestro país se comparan con esta fiesta, no solo por la cantidad de gente que en ella participa, si no también por los recursos que se gastan, por lo que representa y por los riesgos que implica. El turista no puede entender del todo el sentimiento de aquel que se esconde bajo la mascara, una mascara que esconde la irreverencia del que en el anonimato se siente libre para ser quien fuera de la fiesta no es, un ser casi mágico, que con un sentido del humor un tanto satírico se burla de las autoridades y les dice con bailes , gritos y disparos "esta es mi ciudad y aquí quien manda es el pueblo". Y este ultimo comentario me lleva a subrayar y a analizar la toma de la plaza, cuando los batallones "toman el portal " y lo rescatan de las autoridades, que siendo establecidas por el gobierno son legales , mas no legitimas a los ojos de los herederos de la mas antigua ciudad viva en el mundo. Son ellos, los hijos de barrio, quienes llevan en su sangre la herencia de los antiguos pobladores (los mas antiguos pobladores de la mas antigua ciudad en el mundo), son ellos los guardianes de estas tierras, que por un instante se tornan combatientes fieros y les recuerdan a los que observan "esta es mi tierra y la defenderé con mi vida"...pero luego...luego sigue el juego, y del juego la fiesta, y de la fiesta engolosinados los participantes, ya entrados en el tiempo mágico surgen pasiones y caen heridos, a veces la autoridad retoma su posición y trata de controlar pasiones, alegrías y emociones que todas unidas en un escenario de 4000 almas se convierten en vinculo del pasado y el presente. Y entonces escucho las voces de "quienes no son de aquí" , "de quienes no entienden nuestras tradiciones"... habitantes también, legales pues han comprado en esta tierra su vivienda, pagan impuestos y se comportan como ciudadanos honestos y honrosos. Escucho la otra mirada, que no quiere saber de caranavalesros, de cuetes, de ruidos y peligros, que quiere compostura y paz...y me pregunto ¿quién es dueño de esta tierra? ¿quién puede decidir lo correcto o lo no correcto?...¿pueden convivir ambos en armonía?. Como estudiosa de los fenómenos socioculturales no puedo apartarme de una mirada objetiva y comprendo que evidentemente el carnaval tiene excesos, pero también beneficios pues aporta a los pobladores una noción de comunidad, de unión y hermandad valiosa; pero a veces, ante la mirada del foráneo, aparecen focos de desorden que para el ajeno es real ¿hay una solución?, ¿es posible que todos se pongan de acuerdo respecto a que tradiciones representan a todos y no a unos cuantos?, ¿es posible sobre valorar a unos sobre otros?, ¿cuáles son los argumentos de mayor peso o mas validos, los del gobierno municipal, los de los foráneos, los de los turistas o carnavaleros?, sin duda el carnaval seguirá siendo polémico pues representa las diferentes formas de vivir un mismo espacio. La forma en que se prefiera vivir el espacio dependerá del origen cholulteca o no cholulteca, e incluso de la posición de autoridad o del ser o no turista, pero sobre todo de la subjetividad que enmarcan identidades en la ciudad mas antigua del mundo.
1 comentario:
Hola, te sugiero que mezcles el texto con las fotos con la finalidad de que se vea mas atractivo tu blog, de lo contrario puede ser algo tediosa la lectura.
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